Historia

                               

                              
                           



Historia del ChihuahuaEl curioso Chihuahua puede llegar a ser tan pequeño como el más diminuto miembro de su tronco familiar. He ahí al fenec (zorro africano) que pesa, como promedio, entre 1 y 1,5 kg y que ha tenido que ser clasificado por los científicos como un género separado, Fennecus zerda, debido a que sus rasgos no se ajustan a los del zorro común, según la clasificación de las especies.
Aunque pudiera no existir conexión evolutiva alguna entre los dos diminutos habitantes del desierto, lo cierto es que existen sorprendentes similitudes entre el Chihuahua y el zorro fenec. Con sus enormes ojos y orejas, el minúsculo Chihuahua resulta tan simpático como el fenec que, lamentablemente, está ahora en la lista de las especies en peligro de extinción. Y como el origen del Chihuahua permanece en el misterio, puede resultar divertido fabular en torno a su fascinante semejanza.
El Chihuahua prefiere una dieta variada. Si se le da la oportunidad, elegirá precisamente la misma comida que elegiría un fenec: vegetales, roedores muy pequeños, lagartijas e insectos. Pregunte a cualquier dueño acerca de la irreprimible e irresistible preferencia de esta raza por cazar y comer insectos. Lo mismo que el Chihuahua, el pequeño zorro tiene una dentadura débil, disposición verdaderamente rara en una especie salvaje, aunque por desgracia, bastante común en los perros de talla pequeña.Algunos de los historiadores de la raza consideran que el antepasado del Chihuahua fue un perro desnudo que, viniendo de Asia a través de Rusia, cruzó el estrecho de Bering y alcanzó los territorios de la actual Alaska.
El folklore que rodea al Perro Desnudo Mexicano (Xoloitzcuintli) se entrelaza confusamente con el del Chihuahua, a pesar de que la talla más pequeña de Xolo reconocida por la Federación Cinófila Mexicana y la Federación Cinológica Internacional es dos veces mayor que la del Chihuahua más grande. Sólo en los Estados Unidos y sin estar reconocido por el American Kennel Club, aparece descrito en un estándar racial un Xolo miniatura.

Si continuamos con esta lógica circular, ¿por qué no suponer que fueron los perros desnudos de Perú y México los que influyeron en los perros chinos y no a la inversa? En las antiguas pinturas mayas encontramos representados pequeños perros desnudos con tupés. Es posible que los navegantes chinos quedaran fascinados con los perros desnudos de América del Sur, lugar donde inicialmente hicieron puerto o, más tarde, con los pequeñines descubiertos en México. ¿Por qué no habrían de llevarse algunos a su regreso a China y a otras partes del mundo? El tráfico en un solo sentido no tiene demasiada lógica y, como se podrá ver, hay datos que lo contradicen.

Pero si aceptamos que no hay evidencia alguna para argumentar que el Chihuahua desciende de perros desnudos o de perros chinos traídos por mar a la América del Sur y Central durante el siglo V, entonces deberemos buscar otra explicación.El perro tolteca está representado en piedras talladas que forman parte del monasterio llamado Huejotzingo. Determinadas partes del edificio están construidas con materiales transportados desde las pirámides aztecas de Cholula. El monasterio, levantado por los monjes franciscanos hacia 1530, se encuentra entre la Ciudad de México y Puebla.

Hay una tradición que se refiere claramente al Chihuahua. Se creía que este perro no sólo podía ser un compañero en el otro mundo, sino que podía desempeñar una función mucho más seria a favor de su dueño. Se pensaba que los pecados del dueño eran transferidos al perro, con lo que el primero tenía entonces entrada libre al otro mundo. Llegar allí no era tarea fácil, ni siquiera para un alma libre de pecados.Escribiendo acerca de la asistencia espiritual que ofrecían los perros, decía que los muertos, junto con todas sus ropas y pertenencias, eran incinerados, pero aquel que no tenía nada partía solo y desnudo y debía arrostrar muchas penas y sufrimientos para atravesar el lugar de las aspas de obsidiana. A éste, le hacían llevar un perro amarillo a cuyo cuello ataban una cuerda de algodón. Se decía que el perro abriría paso al muerto a través del paraje de los nueve ríos, en la tierra de los muertos.

Un narrador se refiere a «un perro amarillo que usaba un cordón de algodón de tejido suelto en forma de collar. Los hombres dicen que él lleva al muerto a través del río de los nueve brazos hacia Meitlantecutli. Allí el cauce es ancho y los perros son los barqueros, de modo que cuando cada uno reconoce a su amo, salta al agua para ayudarlo en la travesía».

Los colores son significativos en todas las culturas, y para los aztecas el amarillo representa la muerte. Por eso, los perros amarillos eran sacrificados, de manera que pudieran preceder a sus amos en el viaje hacia la otra orilla. Allí esperaban, para ayudar a sus queridos amos a cruzar el río de los nueve brazos.

Cuando uno ha experimentado la absoluta devoción de un Chihuahua, le resulta fácil entender cómo aquella cultura tan desarrollada pudo creer que un perro como éste asumiría de buen gusto los pecados de su amado dueño. Y más aún, que ese mismo perro esperaría la llegada de su amo para actuar como correo y hacerlo llegar al cielo azteca.

                    
                                       Historia actual

El primer Chihuahua registrado oficialmente fue un perro llamado Midget, inscrito en el Libro de Orígenes del American Kennel Club junto con otros tres, en 1904. El Reino Unido no se quedó atrás: registró su primer Chihuahua en 1907. México hizo su entrada en el mundo canino moderno un poco tarde, pero en 1934 garantizó exenciones para la inscripción de los Chihuahua.

Hacia 1915, había 30 Chihuahua registrados en los Estados Unidos y ese número se elevó a más de 25.000 en la década de 1970. La raza es más popular en ese país y en Europa que en el propio México, sin duda porque todo lo «extranjero» es siempre mejor que lo que ha estado toda la vida bajo nuestras narices.

Los Chihuahua de pelo corto y de pelo largo fueron exhibidos juntos hasta 1952, cuando fueron considerados como dos variedades separadas en las exposiciones caninas. En los Estados Unidos, todavía hoy las dos variedades se cruzan entre sí, por lo que en una misma camada es posible encontrar perros de pelo largo y otros de pelo corto.
Actualmente, se registran más de 20.000 Chihuahua, cada año en el American Kennel Club. De esta cantidad, sólo se exhibe un número limitado, pero la raza mantiene su extrema popularidad porque los criadores se esfuerzan por preservar sus singulares características
La primera noticia que se tuvo del Chihuahua como raza específica parece haber sido de alrededor de 1884, cuando algunos mexicanos emprendedores empezaron a vender sus Chihuahua a los turistas en los mercados fronterizos. Los diminutos perros fueron llamados Texas Mexicano y Perros de Arizona, según el lugar en que uno se encontrase en esos momentos. Con el tiempo, llegó a asociárseles firmemente con el estado mexicano de Chihuahua, al sur de la frontera y fue así como aquel perro que no sabía nada de fronteras llegó a ser conocido como Chihuahua.

Se dice que un juez de perros estadounidense compró uno en El Paso, Texas, y después otro proveniente de Tucson, Arizona. Mr. Watson escribió una obra de dos volúmenes que trataba sobre perros, pero a pesar de que la raza había sido reconocida en los Estados Unidos en 1903, se negó a mencionar al Chihuahua en su libro. ¡Era demasiado para él!